Después de casi 20 años de matrimonio, Nicole Kidman y Keith Urban han decidido tomar caminos separados. La actriz australiana ganadora del Oscar presentó una solicitud de divorcio el martes ante un tribunal en Nashville, Tennessee, citando diferencias irreconciliables como motivo de la ruptura.
La noticia fue confirmada por documentos judiciales presentados en el condado de Davidson, donde la pareja ha residido durante años. La separación de esta destacada figura del cine y el cantante galardonado con el Grammy ha sorprendido tanto a sus seguidores como a la industria del entretenimiento.
Kidman, de 58 años, y Urban, de 57, se conocieron en enero de 2005 durante un evento en Los Ángeles. Un año después, en junio de 2006, contrajeron matrimonio en Australia. Juntos tienen dos hijas y, durante casi dos décadas, fueron considerados un ejemplo de estabilidad en el mundo del espectáculo.
La relación no estuvo exenta de desafíos. A pocos meses de la boda, Urban ingresó en rehabilitación, agradeciendo públicamente el apoyo de Kidman durante esa etapa. Años más tarde, reveló que fue ella quien organizó una intervención que cambió su vida y lo ayudó a mantenerse sobrio.
En los últimos meses, sin embargo, comenzaron a circular rumores sobre una posible crisis entre ellos. Aunque en junio Kidman compartió una foto en redes celebrando su aniversario, y ambos fueron vistos juntos en un evento deportivo en Nashville, el divorcio ha confirmado que el matrimonio enfrentaba dificultades.
La reacción de Urban a preguntas incómodas en entrevistas, como cuando colgó el teléfono al ser consultado sobre las escenas románticas de Kidman con otros actores, también había generado especulaciones.
Su separación marca el fin de una relación que, durante años, fue vista como una de las más sólidas y queridas en el mundo del entretenimiento.