El ministro de Comercio de China, Wang Wentao, expresó su profundo descontento con los aranceles impuestos por Estados Unidos a los productos chinos en una carta dirigida al secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick. En su misiva, Wang calificó la medida como un golpe a la cooperación económica y comercial entre ambas naciones.
El presidente Donald Trump implementó en febrero un arancel del 10% sobre todas las importaciones chinas, justificándolo como una medida para presionar a Pekín a frenar el flujo de fentanilo hacia Estados Unidos. Sin embargo, el gobierno chino ha argumentado que ya ha tomado medidas significativas contra el tráfico de esta sustancia y destacó que ambos países han colaborado ampliamente en la materia con resultados considerables.
Wang Wentao reiteró la disposición de China a trabajar con Washington para garantizar un entorno comercial justo y predecible, pero advirtió que la imposición unilateral de aranceles mina la estabilidad económica global. En paralelo, China llevó su reclamo a la Organización Mundial del Comercio (OMC), donde denunció que las acciones de EE.UU. amenazan con trastocar el sistema de comercio internacional.
"El impacto de estos aranceles aumenta la incertidumbre económica, distorsiona los mercados y representa un riesgo de inflación y recesión mundial", declaró el embajador chino ante la OMC.
Pekín ha reiterado su postura de que la guerra comercial iniciada por Washington no solo afecta a las dos economías más grandes del mundo, sino que podría desencadenar un efecto dominó con consecuencias adversas para el comercio y el crecimiento global. Mientras tanto, la comunidad empresarial de ambos países sigue a la expectativa de posibles negociaciones o represalias comerciales por parte de China.
