WASHINGTON – Un video publicado en redes sociales por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos ha desatado una ola de críticas al comparar la detención de inmigrantes indocumentados con el popular juego de la franquicia Pokémon. El controversial clip, musicalizado con el icónico tema "Atrápalos a todos", muestra a agentes federales interviniendo en negocios y otros lugares para detener a extranjeros en situación migratoria irregular, lo que ha sido calificado como un acto de deshumanización.
El video, que ha acumulado más de 36 millones de reproducciones en X, utiliza un montaje visual que simula la captura de Pokémon, pero con personas. Al final de la grabación, las imágenes de docenas de inmigrantes detenidos, algunos con antecedentes penales, se presentan como si fueran "cartas Pokémon" con sus nombres y los delitos que cometieron. La pieza busca justificar las redadas y las deportaciones a través de un mensaje irónico que trivializa un tema sensible.
El video polémico del DHS destaca casos específicos de migrantes mexicanos con historial criminal para reforzar su narrativa. Por ejemplo, una de las "cartas" presenta a Carlos Mendoza Martínez, un miembro de una pandilla mexicana detenido por homicidio involuntario. Otro caso es el de Moisés López Zepeda, un criminal mexicano arrestado por homicidio vehicular bajo los efectos del alcohol. La utilización de estos ejemplos busca generar un mensaje de que las detenciones son necesarias para la seguridad pública, pero ha sido criticada por la forma en la que se presenta la información.
La comparación de migrantes con Pokémon ha provocado un intenso debate en las redes sociales y entre grupos de derechos humanos. Los críticos señalan que la analogía es ofensiva y deshumanizadora, ya que equipara a las personas con personajes de ficción. Este tipo de propaganda ha sido vista por muchos como un intento de deslegitimar a los inmigrantes y de fomentar un clima de intolerancia. El Departamento de Seguridad Nacional no ha emitido una declaración oficial ante las críticas, pero el video sigue en línea, generando un debate sobre la ética en las comunicaciones gubernamentales.