Después de semanas de rumores y desmentidos oficiales, Elon Musk finalmente confirmó que disminuirá su implicación en el gobierno de Donald Trump. En una reunión con empresarios, el magnate declaró que, a partir del próximo mes, reducirá significativamente su participación como líder del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) y dedicará más tiempo a sus responsabilidades en Tesla.
"Seguiré trabajando uno o dos días a la semana mientras el presidente Trump lo considere útil, pero Tesla requiere ahora toda mi atención", explicó Musk. La decisión se produce luego de que Tesla reportara una caída del 71% en sus beneficios netos en el primer semestre de 2025, pasando de 1,400 millones de dólares el año anterior a solo 409 millones.
La fuerte baja financiera ha sido atribuida, en gran parte, al impacto negativo de la colaboración de Musk con medidas impopulares del gobierno de Trump. Diversos países iniciaron boicots y protestas contra las marcas asociadas al empresario, al tiempo que miles de empleados fueron despedidos en todo el mundo, generando una crisis de imagen para Tesla.
Aunque la noticia ya había sido anticipada desde principios de abril por la periodista Rachel Bade, la Casa Blanca insistió en negar la información. Karoline Leavitt, vocera oficial, llegó a calificarla como "basura", asegurando que Musk no abandonaría su rol gubernamental.
No obstante, el propio Musk desmintió la versión oficial, detallando que hará efectiva su reducción de funciones en mayo, aunque mantendrá cierta participación como asesor externo.
