El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, anunció la revocación de visas a seis ciudadanos extranjeros por realizar comentarios considerados ofensivos o de burla ante el asesinato del activista conservador Charlie Kirk, ocurrido el 10 de septiembre en un campus universitario en Utah.
El D
epartamento de Estado confirmó este martes que los individuos afectados provienen de Argentina, Brasil, Alemania, México, Paraguay y Sudáfrica, aunque sus identidades no fueron reveladas. Según el comunicado oficial, la medida se tomó tras revisar publicaciones en redes sociales relacionadas con la muerte de Kirk.
La decisión fue anunciada el mismo día en que el expresidente Trump entregó póstumamente la Medalla Presidencial de la Libertad a Charlie Kirk, el más alto honor civil en Estados Unidos. En su discurso, Trump calificó a Kirk como "un defensor incansable de los valores estadounidenses" y prometió medidas firmes contra quienes, desde el extranjero, "desprecien a nuestros ciudadanos".
El secretario de Estado Marco Rubio respaldó la medida como parte de un esfuerzo por "defender nuestras fronteras, nuestra cultura y nuestros ciudadanos". El comunicado del Departamento de Estado enfatizó que "los extranjeros que se aprovechan de la hospitalidad de Estados Unidos mientras celebran el asesinato de nuestros ciudadanos serán expulsados".
La acción también ha generado un intenso debate sobre los límites de la libertad de expresión. Críticos señalan que esta política podría abrir la puerta a represalias diplomáticas por opiniones personales en redes sociales. En respuesta, funcionarios estadounidenses como el vicepresidente JD Vance y el subsecretario de Estado Christopher Landau han alentado activamente a los ciudadanos a reportar publicaciones ofensivas.
Landau incluso pidió a los usuarios que lo etiqueten directamente en redes sociales si detectan contenido que "alabe, racionalice o minimice" el asesinato de Kirk. "Estoy personalmente disgustado", escribió en un mensaje, añadiendo que instruyó a los funcionarios consulares a actuar "de inmediato".
El caso marca un precedente en la forma en que el gobierno estadounidense puede utilizar las redes sociales como herramienta para decisiones migratorias, y ha puesto en alerta a ciudadanos extranjeros sobre las consecuencias de sus expresiones en línea mientras se encuentren bajo una visa estadounidense.