VERACRUZ, VER. (14 de octubre de 2025) — En un alarmante intento de ganar base social y presencia territorial, presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) han sido captados y denunciados por entregar despensas a damnificados por las recientes inundaciones en Veracruz. Esta acción de ayuda social crimen organizado reaviva el debate sobre la vulnerabilidad de la población ante la falta de una respuesta gubernamental inmediata y el riesgo de que grupos criminales utilicen las tragedias naturales para afianzar su control.
La situación se desarrolla en un contexto de emergencia donde las lluvias han provocado graves afectaciones y han generado llamados de auxilio en múltiples municipios del estado, especialmente en la zona norte, donde familias han perdido sus viviendas y pertenencias.
La Estrategia del "Apoyo" Delictivo
Fuentes locales y reportes en redes sociales indican que individuos, presuntamente vinculados al CJNG, distribuyeron paquetes de ayuda básica —que incluían víveres y artículos de primera necesidad— en comunidades afectadas por las Inundaciones Veracruz. Aunque el modus operandi no es nuevo, pues se documentó en 2020 durante la pandemia de COVID-19 y en otros desastres naturales, su reaparición subraya el intento de estos grupos por suplantar las funciones del Estado y obtener la simpatía de la población más golpeada.
La estrategia de la ayuda social crimen organizado busca generar una imagen de beneficencia frente a la ineficacia o lentitud de las autoridades para movilizar y entregar la asistencia. Esto crea un peligroso lazo de dependencia y gratitud en las comunidades, lo que facilita el reclutamiento y la obtención de información para sus actividades ilícitas.
La Respuesta Oficial y el Riesgo Social
La entrega de despensas a damnificados por parte de un grupo criminal como el CJNG representa un desafío directo a la soberanía del Estado. Si bien las autoridades estatales y federales, incluyendo el Sistema DIF y Protección Civil de Veracruz, han intensificado sus operativos de entrega de ayuda humanitaria, los reportes de familias que esperan asistencia o que denuncian lentitud persisten. Esta brecha es aprovechada por el crimen organizado.
Expertos en seguridad y sociología han advertido repetidamente que cuando el gobierno no logra responder de manera eficaz en tiempos de crisis, el vacío de poder es llenado rápidamente por grupos criminales, quienes utilizan la entrega de ayuda social crimen organizado para fines de control territorial y cooptación social.
Las autoridades federales han condenado estas acciones en el pasado, calificándolas de intentos cínicos por manipular a la ciudadanía. No obstante, las acciones coordinadas y contundentes para impedir la distribución de ayuda por parte de los cárteles y garantizar que solo el Estado entregue la asistencia han sido inconsistentes, permitiendo que esta práctica se perpetúe en momentos de tragedia.
Mientras las familias en Veracruz continúan enfrentando la desesperación por las pérdidas materiales, la presencia del CJNG en la escena de la tragedia subraya la compleja intersección entre el desastre natural, la debilidad institucional y la amenaza constante del crimen organizado en México.