Las protestas por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, escalaron este martes en Apatzingán, donde un grupo de manifestantes incendió el palacio municipal en medio de una jornada de movilizaciones que exigía justicia y el cese de la violencia en la región.
De acuerdo con reportes locales, la concentración, que comenzó de manera pacífica, aumentó en tensión al llegar al edificio del ayuntamiento, donde algunos asistentes lanzaron piedras, palos y objetos contundentes contra las instalaciones. Poco después, un grupo irrumpió en el inmueble mientras otros participantes arrojaban bombas molotov, lo que originó el incendio.
El siniestro consumió parte del archivo municipal, aunque no se registraron personas heridas. Las llamas también afectaron decoraciones del Día de Muertos colocadas en el recinto.
Durante la protesta, se desplegó una manta que exigía la salida de la alcaldesa Fanny Arreola, quien recientemente fue criticada por solicitar un narcocorrido durante la Feria Apatzingán 2025, y con quien, según se informó, ni el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, aceptó reunirse en su reciente visita al estado.
Los manifestantes recordaron además el asesinato del líder limonero Bernardo Bravo, ocurrido días después de una protesta de productores que denunciaron extorsiones del crimen organizado. Para muchos, el homicidio de Manzo fue "la gota que derramó el vaso", reflejando el hartazgo social ante la inseguridad.
El Ayuntamiento de Apatzingán emitió un comunicado en el que afirmó que las autoridades investigan los hechos y que se buscará deslindar responsabilidades. En el mismo mensaje, se señaló que el incendio fue provocado por "un grupo de choque" cuya actuación, afirmaron, "en nada contribuye a la verdadera construcción de paz".
Las protestas por el asesinato de Manzo se han extendido a diversos municipios de Michoacán, luego de iniciar en la capital Morelia, mostrando el creciente malestar social por la violencia que afecta al estado.