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Opinión

Bolivia y su salida al mar

Bolivia y su salida al mar

Oscar Rodriguez
Por Oscar Rodriguez - 17 agosto, 2025 - 08:08 a.m.
Bolivia y su salida al mar

Amables lectores, tengan ustedes un buen día.

Hoy se llevará a cabo la elección para presidente de Bolivia. Entre los precandidatos (al parecer ya declinó su candidatura) estaba el doctor Chi Hyun Chung, quien participaba por tercera vez en la contienda y proponía convertir al país sudamericano en una potencia militar al tiempo que acusaba a Chile de invadir la soberanía boliviana.

Como en la época virreinal todo era dominio español, la frontera entre lo que luego se convirtió en Perú, Bolivia y Chile nunca se había definido formalmente.

La Guerra del Pacífico sudamericano fue un conflicto armado que se desarrolló entre 1879 y 1884, enfrentando a Chile contra la alianza formada por Bolivia y Perú. Esta guerra cambió radicalmente la geografía y las relaciones políticas en la región andina.

Las causas de la guerra fueron diversas y se remontan a disputas territoriales por la región del desierto de Atacama, rica en salitre (nitrato de sodio), un mineral muy cotizado en la época para la producción de fertilizantes y explosivos. En el siglo XIX, tanto Chile como Bolivia y Perú tenían intereses económicos en los yacimientos ubicados en zonas limítrofes poco definidas. Bolivia, que entonces tenía salida al océano Pacífico, controlaba el puerto de Antofagasta, donde operaban compañías chilenas dedicadas a la extracción de salitre.

En 1873, Perú y Bolivia firmaron una alianza secreta de defensa mutua. En 1878, el gobierno boliviano impuso un nuevo gravamen a la Compañía de Salitres de Antofagasta, empresa chilena, lo que aumentó la tensión. Chile respaldó a sus empresarios y exigió la derogación del impuesto. Al no llegar a un acuerdo, Bolivia decidió expropiar los bienes de la empresa en febrero de 1879. En respuesta, Chile ocupó militarmente el puerto de Antofagasta el 14 de febrero de 1879, desencadenando el conflicto.

La supremacía en el mar era fundamental para asegurar el abastecimiento y el movimiento de tropas en el desierto. El combate de Iquique, el 21 de mayo de 1879, fue uno de los más emblemáticos, donde la corbeta chilena Esmeralda fue hundida por el monitor peruano Huáscar. Sin embargo, la captura del Huáscar por Chile en octubre de ese año marcó el dominio chileno en el Pacífico y permitió el avance de sus tropas por la costa.

Con el control marítimo asegurado, Chile avanzó hacia el norte, ocupando territorios bolivianos y peruanos. La campaña de Tarapacá, iniciada en noviembre de 1879, permitió a Chile tomar el control de esta rica zona salitrera. Posteriormente, en la campaña de Tacna y Arica (1880), los chilenos se enfrentaron a las fuerzas aliadas en la Batalla del Alto de la Alianza, derrotando y capturando la ciudad de Arica.

En la campaña de Lima (1881), las tropas chilenas desembarcaron en la costa central peruana y avanzaron hacia la capital, enfrentándose en las batallas de San Juan y Chorrillos, y Miraflores, que culminaron con la ocupación de Lima en enero de 1881. Tras la caída de la capital peruana, se desarrolló la campaña de la Sierra, donde Perú organizó una resistencia guerrillera en los Andes, encabezada por líderes como Andrés Avelino Cáceres, pero sin lograr revertir la ocupación chilena.

El conflicto terminó oficialmente con la firma del Tratado de Ancón en 1883 entre Chile y Perú, y el Tratado de Paz y Amistad entre Chile y Bolivia en 1904. Chile anexó las provincias de Tarapacá, Antofagasta y Arica, y Bolivia perdió su acceso soberano al océano Pacífico, quedando convertida en país mediterráneo. Perú, por su parte, perdió Tarapacá y debió ceder temporalmente Tacna y Arica, que, tras prolongadas negociaciones, serían repartidas finalmente en 1929.

Las consecuencias políticas fueron profundas: Bolivia, al quedar sin litoral, vio afectado su desarrollo económico y comercial; Perú enfrentó una larga reconstrucción nacional y Chile consolidó su expansión territorial, fortaleciendo su economía gracias al salitre. El conflicto también dejó resentimientos y rivalidades que perduran hasta hoy entre los países involucrados.

La guerra del Pacífico provocó la muerte de miles de personas y desplazamientos de población. También generó importantes cambios demográficos y culturales en las zonas anexadas y en los países derrotados. En Chile, el auge económico del salitre impulsó el desarrollo nacional hasta la caída de los precios por el surgimiento de fertilizantes sintéticos. En Perú y Bolivia, la derrota propició reflexiones profundas sobre la identidad nacional, la historia y las relaciones exteriores.

Hasta el presente, el conflicto sigue siendo tema de debate político y cultural entre Bolivia, Chile y Perú. Bolivia continúa reclamando una salida soberana al mar y esta demanda es recurrente en la política interna y externa del país. La Guerra del Pacífico dejó huellas que marcan la memoria colectiva y el discurso histórico de la región andina, convirtiéndose en uno de los eventos más significativos del siglo XIX en Sudamérica.

Me quedan algunas otras cosas que quisiera comentarles, pero eso será la próxima vez.

Que tengan ustedes una excelente semana.

 

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