Uno de los libros más controvertidos de la historia literaria reciente, “Los versos satánicos” de Salman Rushdie, publicado en 1988, fue vista como una blasfemia por muchos musulmanes, quienes lo tomaron como un insulto al profeta Mahoma. En ese tiempo, en buena parte del mundo islámico estallaron protestas violentas contra Rushdie, quien nació en India en una familia musulmana.
En 1989, el entonces líder supremo de Irán, el ayatolá Jomeini, emitió una fatua, es decir, una sentencia religiosa, ordenando a los musulmanes que asesinaran al autor. Nacido en India en el seno de una familia musulmana, pero para entonces ciudadano británico que vivía en el Reino Unido, Rushdie se vio obligado a esconderse durante más de una década.
Y es que El libro, “Versos satánicos”, va al corazón de las creencias religiosas musulmanas pues Rushdie, desafía y, a veces, parece burlarse de algunos de sus principios más sensibles. Los musulmanes creen que el profeta Mahoma fue visitado por el ángel Gabriel, quien, durante un período de 22 años, le recitó las palabras de Dios. A su vez, Mahoma repitió las palabras a sus seguidores. Estas palabras finalmente se escribieron y se convirtieron en los versos y capítulos del Corán.
La novela de Rushdie retoma estas creencias fundamentales y uno de los personajes principales, Gibreel Farishta, tiene una serie de sueños en los que se convierte en su homónimo, el ángel Gibreel. En estos sueños, Gibreel se encuentra con otro personaje del relato tradicional del islam de los encuentros del ángel con Mahoma.
Rushdie elige un nombre provocativo pues en su versión de la novela, el Profeta se llama Mahound, un nombre alternativo para Mahoma que a veces se usaba durante la Edad Media por los cristianos que lo consideraban un demonio.
Además, el Mahound de Rushdie pone sus propias palabras en boca del ángel Gibreel y entrega edictos a sus seguidores que refuerzan convenientemente sus propósitos egoístas. Aunque, en el libro, el escriba ficticio de Mahound, Salman el persa, rechaza la autenticidad de las recitaciones de su maestro, las registra como si fueran de Dios.
A través de Mahound, Rushdie parece poner en duda la naturaleza divina del Corán, lo que provocó que muchos musulmanes, Rushdie, en su narración ficticia del nacimiento de los eventos clave del islam, implica que, en lugar de Dios, es él mismo profeta Mahoma la fuente de las verdades reveladas, es decir, Mahoma era una especie de charlatán.
En defensa de Rushdie, algunos estudiosos han argumentado que su “burla irreverente” pretende explorar si es posible separar la realidad de la ficción. Pero desde la publicación de “Los versos satánicos”, Rushdie ha argumentado que los textos religiosos deberían estar abiertos a cuestionamientos. “¿Por qué no podemos debatir el islam?” dijo Rushdie en una entrevista de 2015. “Es posible respetar a las personas, protegerlas de la intolerancia, siendo escéptico con sus ideas, incluso criticándolas ferozmente”.
Sin embargo, la visión de Rushdie choca de frente con el extremismo islámico para quienes el Corán, es la palabra literal de Dios. Pero pasaron los años y muchos llegamos a creer el tiempo había sido el remedio para que se olvidaran las amenazas de muerte en contra de Rushdie, que se había mudado a vivir a los Estados Unidos, “Tierra de las libertades”. Eso era cosa del pasado e incluso el escritor inglés bajo la guardia y de pronto hacia algunas apariciones públicas.
Eso fue lo que sucedió ayer por la mañana, cuando a punto de comenzar una conferencia, Rushdie fue apuñalado en el cuello por Hadi Matar, un joven de 24 años. Los hechos ocurrieron en Chautauqua, Nueva York, donde un ensangrentado Rushdie de 75 años, fue trasladado a un hospital y hoy se encuentra conectado a un ventilador, sin poder hablar. Lo médicos dicen que probablemente perderá un ojo; los nervios de su brazo fueron cortados; y su hígado fue apuñalado y dañado”.
Es curioso que los seres humanos nos hayamos matado por siglos matemos en nombre de los libros sagrados como la Biblia y el Corán, convertidos en “Versos satánicos”, pues malinterpretados por los hombres, han sido un instrumento para odiarnos en lugar de amarnos.
@marcosduranf