La semana que hoy inicia será un poco inquieta en el tema laboral tomando en cuenta el accidente ocurrido la semana pasada en una Mina de Sabinas, en donde diez carboneros permanecen en las entrañas de la tierra, incluso ayer se conoció que el Presidente López Obrador, llegaría al lugar del percance.
Y aunque parezca repetitivo pero volverán las promesas de siempre que ahora si se actuará, que CFE pondrá atención en sus proveedores y exigir medidas de seguridad y una serie de promesas que con el paso de los días, meses y años son depositadas en el baúl de los recuerdos y las catástrofes siguen.
Se podrán escribir un millón de historietas pero la verdad es otra, los accidentes a la orden del día, la presencia de pocitos, minas de arrastra y cuevas crecen, la principal atracción Comisión Federal de Electricidad que compra sin exigir a sus proveedores que trabajen bajo normas de seguridad.
Al pendiente de lo que puede ocurrir estos días sobre todo por la presencia del Presidente López Obrador, que ayer aterrizó en la carbonífera, resulta interesante conocer sus versiones y la actuación Presidencial, que no quede en simples promesas o desgastados y trillados discursos.
Y hoy como todos los lunes el fiscalista Cesar Villarreal Ramos, comparte este bonito mensaje, por cierto muy reflexivo, en esta época cuando el stress sube al cien por ciento siempre es bueno tener a la mano la manera de cómo hacerlo a un lado, adelante con la lectura.
Tomemos siempre tiempo para nosotros mismos, por lo menos 30 minutos diarios.
Estemos al tanto de nuestro medidor de estrés, sepamos cuando dar un paso atrás y tomarlo con calma. Concentrémonos en controlar nuestra propia situación, sin controlar a nadie más.
Ejercitarnos diariamente quemará los químicos del estrés. Comamos mucha fruta fresca, vegetales, pan y agua, démosle a nuestro cuerpo lo mejor para que rinda al máximo. Perdonemos a los demás, no guardemos rencor, y seamos tolerantes—no todos son tan capaces como nosotros.
Ganemos perspectiva sobre las cosas, ¿cuán importante es un asunto? Abrazos, besos y risa divirtámonos y no teman compartir nuestros sentimientos con otros. Identifiquen los factores estresantes y planeemos mejorar la forma de enfrentarlos la próxima vez.
Juzguemos realísticamente nuestro rendimiento, evitemos metas más allá de nuestro alcance.
Mantengamos una actitud positiva nuestra perspectiva puede influir en los resultados y en la manera como los demás nos tratan. Limitemos el uso de estimulantes afectan nuestra percepción y conducta. Manejemos bien nuestro dinero, busquemos asesoramiento y ahorremos al menos el 10 por ciento de lo que ganamos.
“No” es una palabra que necesitamos aprender a usar sin sentirnos culpables. Las actividades al aire libre ya sean por nuestra cuenta ó con amigos y familiares, pueden ser una gran manera de relajarnos. Escuchemos nuestra música favorita en vez de ver televisión.
Dejemos de fumar; estresa nuestros cuerpos diariamente sin mencionar que nos mata. Nuestras relaciones: cultivémoslas y disfrutémoslas, aprendamos a escuchar más y hablar menos. Durmamos bien, con un colchón firme y una almohada de apoyo; no nos sobrecalentemos y permitamos mucha ventilación.
No cabe duda que vivimos en una sociedad moderna caracterizada por el stress. Tal pareciera ser el azote del siglo veinte… ¡que se pasó al veintiuno! Por todos lados escuchamos y leemos de las consecuencias que una vida estresada en extremo tiene sobre nuestra salud.
Por ese motivo—y aunque estoy convencido de que aprender a descansar en Dios es la mejor alternativa a la vida estresada—les comparto estos consejillos que, aunque de origen desconocido, no dejan de potencialmente traer sabiduría en cuanto al tema a nuestras vidas.
Adelante y que Dios les bendiga.
Nos leemos mañana