El primero de diciembre del año 2023, se habrá cumplido un siglo de que don Nazario Ortiz Garza tomó protesta como gobernador de Coahuila, el primero emanado del entonces Partido Nacional Revolucionario (PNR) el antecedente del PRI, que desde entonces ha gobernado el estado. El primero de diciembre del 2029, cien años después, Manolo Jiménez Salinas que ayer tomo protesta como nuevo gobernador, estará entregando la estafeta.
Alcanzará la sorprendente cifra de que un partido se sostenga gobernando es de reconocer, pues a diferencia de lo que ha sucedido en lo nacional, en donde, desde el año 2000, la alternancia llegó a la presidencia de la república, donde el PAN, PRI y Morena han gobernado, esa alternancia que también ha llegado a 31 de los 32 estados del país, pero sin asomarse por estas tierras.
Y aunque el PRI hoy solo es gobierno en Coahuila y hace seis años, la oposición toco las puertas de Palacio, con la elección más competida de la historia. Pero seis años después, otro es el escenario, pues en la elección de hace seis meses, Manolo Jiménez rompió cualquier marca al obtener más 765 mil votos, demoliendo a Morena y a todos los otros partidos. Manolo tuvo el 56 por ciento del total de los emitidos, todo un hito, convirtiéndose en el gobierno más votado de la historia.
Pero el reto de Manolo Jiménez será mayúsculo, pues se espera mucho de el y su gobierno. No por nada todos esos cientos de miles de coahuilenses le otorgaron su confianza.
Nacido en una familia con fuertes lazos entre el sector privado y la política, su abuelo, el ingeniero Luis Horacio Salinas, fue un notable político de los años setenta, hombre inteligente y meticuloso que hizo de su nieto su alter ego y lo preparó con cuidado para llegar. Su padre Manuel Jiménez Flores lo formo con mucho cuidado y el mismo forjó alianzas por décadas a lo largo de todo el estado, esas amistades y lealtades, le fueron heredadas por su padre y ayudaron mucho en su campaña.
En 14 años, Manolo fue regidor, diputado, alcalde de Saltillo, secretario de desarrollo social y hoy gobernador; una carrera meteórica. Manolo Jiménez es el gobernador más joven de la historia, pues nació en Saltillo, el 12 de junio de 1984. Egresado del Tec de Monterrey como Ingeniero Industrial y de Sistemas, desde joven se interesó en la política y fue presidente de su Asociación de Alumnos.
Quitándonos cualquier atisbo de mezquindad, hay que reconocer que como alcalde, Saltillo tuvo el primer lugar del índice de competitividad, de acuerdo al Instituto Mexicano para la Competitividad y que la ciudad se mantuvo segura. Esos fueron los pilares que lo impulsaron a la gubernatura.
Maduro y sereno, observo a un Manolo pragmático y conciliador. Ha sido paciente y la larga espera entre la elección y su toma de protesta lo lleva a iniciar con diplomacia y habilidad política, para hacer de la seguridad y la inversión privada los ejes de su gobierno. Manolo se hace acompañar de un equipo compacto para gobernar, que más allá de los secretarios lo podríamos resumir en el eje político y el de seguridad que integran Carlos Robles Lostanau, Óscar Pimentel González, Diego Rodríguez Canales, Federico Fernández y Blas Flores González, ellos se la han jugado desde los inicios con Manolo Jiménez. En ese grupo se concentra el poder delegado por el propio gobernador para implementar las politicas con las que gobernara Coahuila por los proximos seis años.
Cent’anni, significa 100 años y en muchas regiones de Italia, es una frase que se utiliza como para festejar 100 años de salud, felicidad y amistad. Cien años son muchos años y Manolo, pues llegara al final de su gobierno a esa increíble cifra de esos 100 años de un solo partido gobernando Coahuila. Ni siquiera grandes imperios de la historia se acercaron a esa cifra. Pero antes de que eso suceda, deberá convencer a los coahuilenses no se equivocaron en dar una nueva oportunidad en Coahuila; nada más, pero nada menos.