PIEDRAS NEGRAS, COAH. – La tormenta eléctrica que azotó la ciudad la noche del viernes dejó sin energía eléctrica a decenas de colonias, provocó la caída de árboles, anuncios y estructuras, y colapsó el segundo día de actividades de la Feria del Norte, un evento organizado por el alcalde Jacobo Rodríguez con un presupuesto de 38 millones de pesos, ahora fuertemente cuestionado por presunto derroche, escasa asistencia y falta de previsión ante el mal clima.
Uno de los principales reveses para la administración municipal fue la cancelación del concierto de Gerardo Ortiz, contratado por 3 millones de pesos, suspendido tras fallas eléctricas y daños en parte del escenario. La alcaldía había asegurado que esta inversión se recuperaría mediante la venta de boletos y bebidas, algo que ahora parece poco probable.
Desde tempranas horas del viernes, Protección Civil Estatal emitió una advertencia sobre tormentas eléctricas y tolvaneras para la región norte de Coahuila. A pesar de ello, el gobierno municipal decidió continuar con la programación de la feria, lo que ha sido calificado por expertos como una omisión grave, considerando que los meses de abril, mayo y junio son históricamente propensos a fenómenos meteorológicos extremos en la región, como tornados.
La ciudadanía también expresó su indignación por la falta de alertas locales. Ni Protección Civil Municipal ni el alcalde emitieron advertencias públicas antes de la tormenta, lo que dejó a la población sin preparación alguna. En redes sociales, el alcalde Jacobo Rodríguez fue duramente criticado tras declarar sentirse "devastado" por los daños a la feria, aunque evitó asumir responsabilidad por mantener el evento en una zona expuesta a riesgos climáticos.
Según Protección Civil Estatal, la tormenta se formó en la zona de la Serranía del Burro, en Zaragoza, y golpeó a Piedras Negras entre las 11:00 p.m. y las 12:10 a.m., con lluvias intensas, caída de granizo y ráfagas de viento que alcanzaron los 55 kilómetros por hora. El fenómeno dejó severos daños en la ciudad: árboles derribados, fugas de gas, cables caídos, afectaciones a viviendas, vehículos y a la propia infraestructura de la feria.
Más de 18 horas después del evento, gran parte de la ciudad seguía sin electricidad. Colonias enteras permanecieron a oscuras, y varias zonas también se quedaron sin agua potable debido a que la planta potabilizadora dejó de operar por la falta de energía eléctrica. El evento no solo evidenció la fragilidad de la infraestructura urbana, sino también una preocupante ausencia de responsabilidad institucional que dejó a miles de nigropetenses desprotegidos ante un fenómeno anunciado con anticipación.
