PIEDRAS NEGRAS, COAH.— La reducción paulatina de la jornada laboral en México, que el Gobierno federal aplicará gradualmente hasta 2030, encendió alertas entre empresarios y analistas en la frontera, quienes anticipan aumentos en los costos de producción, pérdida de competitividad y un repunte en la informalidad.
¿Qué consecuencias trae la reducción de jornada laboral?
Héctor Rodríguez López, comerciante y economista local, señaló que, aunque la aplicación escalonada permitirá cierta adaptación del sector productivo, el impacto final será "severo".
"Al final del proceso, la reducción completa implicará un incremento en los costos de nómina de alrededor del 30 por ciento. Hay estudios que hablan de 28, otros de más del 30, pero en promedio es eso. Es un golpe muy duro para las finanzas de las empresas, sobre todo micro, pequeñas y medianas", explicó.
Advirtió que muchas compañías no podrán absorber el aumento y que las que sí lo hagan terminarán trasladando el costo al consumidor.
"Ese día adicional de descanso lo vamos a pagar los mexicanos con productos más caros. Subirá el costo de vivienda, de servicios y de la canasta básica", afirmó.
Aumento de costos y pérdida de competitividad en empresas
Rodríguez cuestionó que la reforma avance en un periodo sin crecimiento económico ni llegada significativa de inversión extranjera, pese a las expectativas que generó el nearshoring.
"No estamos en una época de bonanza. La economía está prácticamente detenida; muchas empresas han cancelado operaciones y otras que iban a llegar ya no vendrán", señaló.
Recordó que México enfrenta una competencia global intensa y que, con costos laborales más altos, muchas empresas se irán a países de Asia, donde ya están operando. Eso hará perder competitividad y empleos en el país.
El especialista anticipó además un aumento de la informalidad laboral.
"Por más que la ley marque dos días de descanso, muchos terminarán trabajando fuera del marco legal, sin prestaciones y a veces sin descansar ni un día. Ese es el escenario más preocupante."