El pasado fin de semana, Isaac "El Galileo" Guevara escribió un capítulo importante en su incipiente historia en el boxeo profesional al proclamarse campeón Nacional Juvenil Supergallo de la Fecombox, un logro que, más que una corona, representa un gran escalón rumbo a la consolidación de sus aspiraciones deportivas y personales.
Con apenas tres años de experiencia en el pugilismo de paga y un récord invicto de 11 triunfos, Guevara confirmó su calidad al vencer por decisión unánime al nigropetense José Casillas. Un logro brillante que, sin embargo, él describe con humildad y una claridad madura sobre lo que aún falta por recorrer.
"Me siento muy orgulloso de lo que he logrado, pero sé que falta hacer mucho más. Estoy muy motivado, contento por coronarme campeón Nacional Juvenil, pero que hay que seguir trabajando más duro y echarle más ganas para los retos que vienen. Ahora, voy por el campeonato Nacional Absoluto", dijo el joven pugilista en entrevista para Periódico La Voz.
Instalado desde hace dos años en el Gimnasio Municipal "Marsopa" Castro, "El Galileo" reconoce que su evolución deportiva ha sido satisfactoria bajo la guía de Pavel Castro.
"Aquí he despegado muy bien, me han sabido llevar mi carrera. Desde que llegué ha sido pelea tras pelea, salvo estos últimos meses en los que estuve parado por lesiones y problemas familiares. Pero ya estoy enfocado al cien por ciento en el boxeo y junto con mi entrenador, vamos por más el próximo año".
Pero el gran momento que vive Guevara no se sustenta solo en las intensas sesiones de entrenamiento en el gimnasio. Su historia comenzó a forjarse en silencio, en las habitaciones y pasillos de la Casa Hogar Galilea, donde vivió su infancia y recibió el cariño que reemplazó la falta de una familia. Hoy, con la madurez de su edad, reconoce la importancia de esos años.
"Como muchos saben, yo crecí en un orfanato. Hoy en día, lo que me motiva son los niños que están ahí. Espero que vean que no me rendí pese a las adversidades y que ellos también pueden lograrlo".
"Gracias a Dios, a través del boxeo, pude superar una infancia dura. Este deporte me enseñó valores, disciplina, lealtad... cosas que en la calle tal vez no se aprenden".
Entre sueños, golpes y extenuantes jornadas de acondicionamiento físico, hay un nombre que Isaac jamás olvida: Beatriz Franco Salazar, fundadora de la Casa Hogar Galilea y la mujer que lo crió como un hijo propio.
"Le prometí ser campeón del mundo y cada día estoy luchando para cumplirlo. Ella ya no está, pero le debo mucho. Me dio una familia cuando yo no tenía a nadie; fue mi madre y nunca la voy a olvidar".
Con una lesión en la mano izquierda que espera dejar atrás en 2026, "El Galileo" se prepara para un año de reconstrucción física y ambiciones renovadas. El objetivo es claro: seguir ascendiendo, conquistar el campeonato nacional absoluto y acercarse, paso a paso, a ese cinturón mundial que prometió con el corazón.