A raíz de los hechos violentos ocurridos en tres estadios durante la última jornada de la Liga MX, la Federación Mexicana de Futbol (FMF) anunció una serie de acciones con el objetivo de reforzar la seguridad y castigar de forma más severa a quienes alteren el orden en los partidos.
Entre las principales medidas, destaca la intención de que la violencia en los estadios sea reconocida legalmente como un delito grave, lo cual permitiría sanciones penales más estrictas para los responsables. Esta iniciativa será impulsada en conjunto con las autoridades correspondientes.
Según un comunicado oficial, la FMF señaló que los operativos de seguridad se reforzarán tanto dentro como fuera de los estadios. La responsabilidad de los controles al interior recaerá en la Liga MX, mientras que la vigilancia externa corresponderá a las autoridades locales, especialmente a las corporaciones policiacas. Además, se incrementará el uso de información de inteligencia compartida entre clubes y autoridades para mejorar las estrategias de seguridad.
La FMF también informó que se aplicarán "sanciones ejemplares" cuando se detecten fallas en los protocolos establecidos. Los clubes estarán obligados a presentar ante las autoridades a los aficionados que sean desalojados por conductas violentas, y se espera que los rijosos sean remitidos a los juzgados cívicos disponibles en cada estadio.
En paralelo, se lanzará una campaña de concientización para promover el comportamiento adecuado en los recintos deportivos, la cual incluirá la difusión del llamado "Código de Conducta del Aficionado".
Estas decisiones llegan acompañadas de medidas inmediatas, como la cancelación de cuatro abonos a seguidores involucrados en los recientes disturbios. Con estas acciones, la FMF busca enviar un mensaje claro contra la violencia en el futbol mexicano.