El ambiente se encendió en el duelo de cuartos de final del Mundial Sub-20 entre México y Argentina. Al minuto 23 de la primera mitad, parte de la afición mexicana presente en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos lanzó el grito prohibido contra el portero argentino Santino Barbi.
El incidente se produjo después de una jugada polémica en el área argentina, Gilberto Mora fue derribado por un defensor rival y de inmediato el técnico mexicano, Eduardo Arce, pidió la revisión de la jugada mediante el VAR.
El árbitro central atendió el reclamo y revisó la acción, pero finalmente determinó no marcar penal, lo que desató la molestia entre los jugadores y la afición tricolor.
La decisión arbitral generó un clima de tensión en el estadio. Desde las tribunas, un sector del público mexicano comenzó a gritar en contra del arquero argentino cuando despejó el balón, cayendo en el uso del grito homofóbico, una práctica que la FIFA y la Federación Mexicana de Fútbol han intentado erradicar en todos los niveles de competencia.
Las autoridades recordaron que, de repetirse, podrían aplicarse sanciones que van desde una amonestación al público hasta la suspensión del partido, de acuerdo con el protocolo FIFA.
Pese al incidente, el apoyo del público mexicano no ha cesado. Entre cánticos y banderas, los seguidores del Tri han buscado levantar el ánimo del equipo, que hasta el momento va abajo en el marcador frente a una Argentina que se ha mostrado sólida y contundente.
El partido ha estado marcado por la intensidad y el roce físico. Los argentinos han cometido varias faltas sobre los jugadores mexicanos, lo que ha aumentado la tensión en el campo y en las tribunas. Arce, visiblemente molesto, ha reclamado mayor protección para sus futbolistas y ha pedido calma a su banquillo.