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Comerciantes de Monclova alertan al 911 por olor desagradable

El misterio del olor en Monclova se resuelve con el hallazgo de un animal muerto en un edificio abandonado tras la intervención de policía y bomberos.

Por Brenda Rebolloso - 06 noviembre, 2025 - 05:41 p.m.
Comerciantes de Monclova alertan al 911 por olor desagradable

MONCLOVA, COAH. – El hedor era tan fuerte que parecía salir de las paredes mismas. Comerciantes de la calle Venustiano Carranza, en pleno corazón del Centro de Monclova, pasaron dos días respirando un olor a muerte que les revolvía el estómago y erizaba la piel. Entre susurros lo decían: "huele a muerto".

La mañana de este jueves, hartos de la incertidumbre, llamaron al 911. El temor era claro: dentro del viejo edificio abandonado —que años atrás funcionó como bar— podía haber una persona sin vida.

Oficiales de la Policía Municipal llegaron de inmediato. El inmueble, oscuro, sucio y con candados oxidados en puertas y rejillas, tenía fama de haber sido refugio de personas en situación de calle.

Algunos comerciantes aseguraron haber escuchado golpes en su interior días atrás, otros juraban que alguien había entrado y nunca salió.

Los oficiales intentaron localizar al propietario, pero nadie respondió. El olor, cada vez más denso y penetrante, no daba tregua.

Ante la posibilidad de que hubiera un cuerpo, los policías tomaron una decisión: con una barra rompieron los candados y forzaron la entrada.

La escena dentro era estremecedora. El polvo acumulado, botellas viejas, basura y el silencio absoluto convertían el lugar en una especie de tumba cerrada.

Los uniformados recorrieron cuarto por cuarto, alumbrando con lámparas, soportando el olor que parecía pegarse a la garganta.

Solicitaron apoyo del Heroico Cuerpo de Bomberos. La calle fue cerrada. Transeúntes curiosos se detuvieron, grabaron, preguntaron. El rumor de una posible muerte corrió rápido.

Los bomberos detectaron que el olor salía de una rejilla exterior. Con herramientas cortaron la estructura metálica. Uno de ellos, equipado con oxígeno, se arrastró por un estrecho pasadizo. Sólo se escuchaban los golpes de metal y órdenes cortas entre radio.

Minutos después, la voz del rescatista rompió el silencio: "No es una persona... es un animal muerto."

El misterio quedó resuelto: se trataba del cadáver de un gato que, buscando refugio, quedó atrapado y murió ahí, su cuerpo descompuesto impregnando la cuadra entera.

Aliviados pero agotados, los policías colocaron un nuevo candado y se retiraron del sitio mientras los comerciantes respiraban, por primera vez en dos días, aire fresco.

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