MONCLOVA, COAH.- La noche pintaba perfecta para Ángel Ramos Rodríguez, pero terminó con más risas que aplausos... y no precisamente de las buenas.
El hombre, que venía de celebrar el cumpleaños número 28 de su pareja con entusiasmo desbordado, creyó que podía engañar a la policía con una estrategia de película barata: cambiar de lugar con su pareja en pleno operativo.
El episodio ocurrió en la calle Adolfo López Mateos, poco después de la medianoche, cuando los oficiales de la Policía Municipal notaron que un Hyundai circulaba con un zigzag tan notorio que ni el mejor GPS lo habría corregido.
Al marcarle el alto, los uniformados presenciaron un espectáculo que fácilmente podría competir con una escena de comedia: Ángel, visiblemente pasado de copas, gritó "¡Bríncate, vieja, tú manejas!", mientras su pareja, Alejandra, intentaba cambiarse de asiento sin éxito entre cinturones atorados y risas nerviosas.
Todo este teatro fue observado —de principio a fin— por los policías, quienes solo esperaron a que la función terminara para tocar la ventanilla.
Entre el olor a cerveza y el evidente nerviosismo de los ocupantes, no hizo falta mucho para confirmar quién era el verdadero "piloto" de la fiesta.
Ángel, todavía con la sonrisa del brindis en el rostro, trató de justificarse diciendo que "ya casi llegaban" y que "venían de un festejo bien bonito", pero sus argumentos no fueron tan convincentes como su aliento.
Así que terminó en los separos municipales, donde pasó la noche acompañado de su cruda moral y una buena dosis de reflexión.
Las autoridades, con algo de humor, recordaron que por más creativas que sean las excusas, manejar ebrio sigue siendo un mal plan... sobre todo cuando el público tiene uniforme y libreta de infracciones.