Si hubiera un manual de "cómo no ser ratero", seguramente Eduardo Salín Mares Borja saldría en la portada. El sujeto fue detenido al intentar dar su tercera vuelta a la Escuela Primaria Sarita Múzquiz, en la calle Progreso, solo porque en el atraco anterior se le olvidaron las herramientas. Sí, así como lo lee: volvió por sus fierros y acabó directo tras las rejas.
El brillante plan del amante de lo ajeno consistía en: 1) robar dos pantallas de 45 pulgadas y una bomba de agua; 2) dejar olvidada la herramienta; y 3) regresar como si nada a las cuatro de la mañana para completar la obra. Lo que no calculó es que la Policía ya lo esperaba "de clavo" dentro del plantel.
Al verse sorprendido, el genio del crimen trató de improvisar con amenazas de muerte contra el uniformado, pero la actuación fue tan mala que terminaron llegando refuerzos de la Policía Escolar, quienes lo esposaron sin mayor esfuerzo.
Así, de ladrón pasó a bravucón y de bravucón a detenido, quedando encerrado en la Comandancia Municipal mientras el Ministerio Público prepara su respectiva "recompensa" legal.
Eduardo, vecino de la calle Garita en la Zona Centro, aprendió de la manera más torpe que la memoria es parte fundamental del oficio, y que regresar a la escena del crimen nunca es buena idea... salvo que quieras tu foto en el álbum de los más despistados.