– La madrugada de este martes, el silencio de la colonia Praderas del Sur fue interrumpido por una llamada de auxilio que despertó a los vecinos, quienes encontraron tendido sobre el pavimento al ex luchador monclovense Juan Antonio Picasso, mejor conocido como "King Warrior". La figura que alguna vez llenó de adrenalina los cuadriláteros y arrancó aplausos a los espectadores, ahora yacía derrotado por el tiempo, el abandono y sus propios demonios. Según los informes, Picasso, quien en su juventud había sido una figura popular en el mundo de la lucha libre, intentó cruzar un bordo en su silla de ruedas, pero la caída fue inevitable. En ese momento, varios vecinos, al observarlo en el suelo, temieron que hubiera sido atropellado y corrieron en su auxilio mientras pedían ayuda a las autoridades. Policías y paramédicos de Cruz Roja arribaron al lugar poco antes de la una de la madrugada, encontrando al hombre en estado de ebriedad. La escena era conmovedora: el ex luchador, con sus facciones demacradas por el tiempo y el sufrimiento, se encontraba a merced de la calle que antes lo había aclamado. Tras ser identificado, se confirmó que se trataba de Juan Antonio Picasso, "King Warrior". A pesar de los esfuerzos de los paramédicos para trasladarlo a un hospital, Picasso se negó rotundamente a recibir atención médica. En su lucha contra sus propios demonios, se aferró a la oscuridad de la noche y a su destino, rehusándose a aceptar la ayuda que se le ofrecía. Un sobrino del ex luchador llegó al lugar poco después, visiblemente afectado. Con lágrimas contenidas, explicó que el cuidado de su tío se había vuelto cada vez más difícil desde que perdió ambas piernas a causa de la diabetes. El dolor emocional y físico de Picasso lo llevó a refugiarse en el alcohol, convirtiéndose en una rutina diaria que lo alejaba de su familia y lo sumergía más en la depresión. "Siempre encuentra la forma de escapar. Se va a pedir monedas, compra alcohol y termina perdiéndose en las calles. No puedo salvarlo, y eso me duele mucho", comentó su sobrino entre sollozos. La lucha que alguna vez dio gloria a los cuadriláteros hoy se convierte en una batalla interna que parece no tener fin. Picasso, quien en su tiempo fue un ídolo, ahora camina solo por las calles de Monclova, olvidado por muchos, pero siempre presente en los recuerdos de aquellos que alguna vez lo aplaudieron. La figura de "King Warrior" hoy es un triste recordatorio de lo efímera que puede ser la fama y lo desgarrador que puede ser caer en el olvido. Su historia, marcada por el alcoholismo, la enfermedad y la soledad, es la de un hombre que luchó en el cuadrilátero, pero que no pudo ganarle a los golpes que la vida le dio fuera de él.